Allá en lo alto de un cerro, en un descansasero, antes de cruzar Guadiana, a la vista de pastores y ganados que entonces frecuentaban aquella ruta, allí…, a lo lejos…!, allí está!. Mas sola que la una en estos tiempos modernos, en los que las viejas rutas ya no se utilizan, las carreteras no siguen los trazados de antaño…!
Ya vamos pocos, y solo en fechas marcadas en el calendario; algún paseante, o algún beclitero que no le asusten las soledades de aquellos páramos…, alguna borra se ve…! algún ladrido lejano de algún perro al cuidado de los pocos atajos que quedan!. Pocos…, muy pocos!
Y allí sola, incólume, inamovible, persistente a los aires que allí soplan y los chaparrones y aguaceros que allí caen, soportando la solana que quema como el fuego y aguantando los fríos que hielan hasta el tuétano…, allí aguanta el paso de los años…, no!, de los siglos! que sus años ya son centenares…!
¡Ya no le queda ni la presencia de su ama y guardiana!
¡Que hasta Nuestra Señora de la Antigua ha tenido que emigrar por ser estos malos tiempos!
¡Bueno, iremos cuando podamos y queramos sosiego en estos tiempos modernos de tanto ajetreo!
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